Martes, 17 Diciembre 2024 13:56

Fumigaciones con agroquímicos: en Cañada Grande detectaron deriva de aplicación simultánea de cuatro herbicidas

Imagen ilustrativa

Nuevamente la fumigación con agroquímicos causa polémica en San José. La deriva de una aplicación de cuatro herbicidas en Cañada Grande llegó a una vivienda a 150 metros afectando a sus moradores. Los vecinos sostienen que se esta fumigando "a lo loco" en la zona.

El hecho ocurrió el pasado mes de octubre en la zona de Cañada Grande con una aplicación de fitosanitarios sobre rastrojos de maíz preparando los barbechos para el cultivo de soja. La labor se cumplió a 150 metros de la casa de la productora rural Patricia Sartori, quién denunció lo acontecido ante el MGAP.

“La aplicación de agroquímicos se hizo justo en el horario en que los chicos salían de la escuela, sobre las 14:20, mi marido fue uno de los que pasó por el campo, por la calle, y justo el mosquito estaba en el borde del alambrado con las alas muy altas, fumigando con mucho viento. Por suerte iba con casco, pero sintió cómo le mojó la campera, detrás venía una de las madres en la moto, sin casco, y le mojó la cara, menos mal que fue a la ida de la escuela, a la vuelta el mosquito ya estaba más lejos y los niños no fueron rociados. Realicé la denuncia porque en mi casa era insoportable el olor por el viento que venía, incluso tenía las sábanas colgadas en la cuerda de la ropa y estaban horizontales del viento que había, y al fondo se veía el mosquito fumigando y todo el producto blanco que se esparcía”; narró en PROCAMPO sobre la situación.

Tras la denuncia correspondiente ante el MGAP, funcionarios de la División Control de Insumos de la cartera se encontraron que se trató de una fumigación con cuatro agroquímicos: Glifosato, Cletodim, Dicamba y 2,4-D; constatándose que la deriva de la aplicación llegó al predio de Sartori, dedicado a la huerta y la fruticultura. Incluso, en la misma jornada de la aplicación su marido mostró algunos síntomas propios del contacto con estos productos.

“No solo que se siente el olor, los técnicos recogieron maleza, hojas de los árboles y cosas de la huerta, se hizo el análisis de los productos que declara el aplicador y al coincidir se comprueba la deriva. También hicieron un análisis en la cuneta del campo, porque la deriva fue toda hacia la calle, y dio positivo, cuando hay una normativa que dice que no puede haber deriva fuera del predio; aparte de que hay que ver cómo es la sinergia entre cuatro herbicidas, porque si uno solo ya provoca problemas a la salud, al medioambiente, el combo de cuatro debería ser aún más perjudicial. Si bien no afectó lo que tenemos plantado, los efectos en la salud son inmediatos, se sentía ardor en las vías respiratorias, como pinchazos en el estómago, los ojos llorosos, te empieza una rinitis o estornudo; porque los agroquímicos uno de los efectos tóxicos que tienen es provocar problemas respiratorios, neumonías, estados gripales, dolor en el cuerpo y después ya vamos a más”; explicó Sartori.

De acuerdo al estudio del MGAP, se concluyó que el aplicador violó la normativa existente que señala que toda aplicación de productos fitosanitarios debe realizarse sin que produzca deriva, no obstante lo cual al estar debidamente registrado y no contar con antecedentes previos, seguramente será apercibido.

“Lo interesante sería poder pelear, seguirlo con un buen abogado, pero es difícil. Hoy está bastante denso el tema, están metiendo fumigaciones a lo loco y no solo en esta zona, porque hablo con gente de otros lugares o a veces me consultan por cómo denunciar. Cada cual tiene derecho a producir como le dé la gana, pero sin perjudicar al otro. En la zona hay productores que fumigan con mucho cuidado, sin viento, o con el mosquito bajo para que no haya deriva; hay formas y formas pero lo principal ante todo es el respeto por el otro. Es un tema que tiene que estar sobre la mesa para ayudar a concientizar del impacto que puede llegar a tener una fumigación mal hecha”; reflexionó la productora.